domingo, 5 de julio de 2009

EL JOVEN MANOS DE TIJERA

Cada vez que nos pasa algo en nuestras vidas, cortamos con un novio, nos va mal en la facultad o simplemente empezamos a trabajar y debemos estar “presentables” decidimos exponernos a este grupo tan peculiar de personas, los peluqueros.

Con cara de miedo y sin saber a donde ir, ya q en todos lados alguna vez nos hicieron un desastre, caminamos hasta el destino final de nuestro largo perfecto, para entrar en el mundo de la gente sin sentido de la estética. Todos, absolutamente todos, tienen un corte espantoso, un color q pensábamos q no existía o simplemente son pelados.

Al llegar nos atiende una recepcionista estúpida q llama a algún verdugo por micrófono para q venga con su caminata homosexual a buscarnos, cuando te sentas en el sillón hacen comentarios sobre tu pelo, con cara de “hice un postgrado en Harvard”, no nos mientan mas peluqueros, sabemos q todo lo q saben lo sacaron de la Parati!

Ya sentadas, con cara de arrepentimiento, tratamos de dar instrucciones precisas para explicar lo q queremos y sobre todo lo q NO queremos q nos hagan en nuestra amada cabellera. El peluquero nunca, jamás, nos hace caso y básicamente hace un corte q refleja su humor y mal gusto.

Tienen un dialecto diferente, a saber: cortame las puntas significa carreé, oscurecer un poco, disfrázame el pelo de emo así voy a pegarle a cumbio al Abasto y al indicar ondas entienden q queres parecerte a ricitos de oro.

Propongo q todos los peluqueros del mundo aprendan español básico, así cuando simplemente tengamos ganas de cortarnos las puntas, no lloremos desde q tomamos la decisión de ir a la peluquería hasta q el pelo vuelve a crecer.

1 comentario:

  1. "(...) que todos los peluqueros aprendan español básico (...)".
    Fantástico. Juro que no pude parar de reirme!
    Espero tu proximo post! Besou

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