LA SEMILLA DEL MAL

Soy una persona con el NO fácil pero hay dos hombres siempre les digo q si, mi papá y Matias.

Mi querido amigo decidió festejar su cumple con una consigna, ponerse un accesorio en la cabeza.

Tuve q dejar mi bata y mi bastón en casa para sacar la vedette que toda mujer lleva adentro (?) y agregarle a los malos pensamientos q flotan en mi cabecita una corona de plumas (accesorio elegido por Romi para q usemos las chicas del grupo). En el cotillón donde compramos nuestras ridículas coronitas, Amalia me regaló una varita con punta de estrella para q borracha pueda molestar a la gente y ser feliz.

Al llegar temprano con Mati y Ama tuve q presenciar el arribo de todo tipo de seres q pensé q habían muerto o así lo quería yo.

Un hombre desconocido con músculos grandes y cerebro pequeño nos obligo a realizar actividades lúdicas del tipo “un pato, pum, al agua”, q si no tenés alto contenido de alcohol en sangre ni estás entre amigos resulta ridículo e innecesario.

Luego reapareció el nefasto grupo del secundario con algunos personajes detestables y otros pintorescos. Era como la dimensión desconocida, gente saludándote como si te quisiera y tuviera una relación con vos. Hay personas q no comprenden que fueron sepultadas en algún lugar de la memoria al regresar del viaje de egresados de Bariloche.

Bailamos toda la noche, mi varita mágica fue pasando de mano en mano hasta q llego a uno de los chicos, un desconocido le dijo “puto, tenes una estrellita” y como la mayoría de los hombres considera ese adjetivo un insulto, se armó una pelea digna de olvidar.

Laura, q esta presente en cualquier evento que involucre luces bajas y alcohol, comenzó a advertir (a los gritos) q la policía llegaría en cualquier momento y fiel a su fama de destructora de fiestas evacuó el salón y se llevó a los problemáticos de siempre.

Juro q no planee lo de la estrellita, esta vez, aunque no había dormido bien,me trague comentarios, trate de ser buena y portarme bien, sonreí, saludé, bailé y no comenté nada extremadamente dañino, por lo visto está en mis genes, me corre por las venas, aunque trate no puedo evitar ser la semilla del mal.